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Cristina Grande

Rebajas

He salido de rebajas. Mi intención era comprarme un vestido sexy rojo o morado, pero he vuelto a casa con dos abrigos negros. Lo gracioso es que hace un par de días ya encargué un abrigo negro a la Redoute (ropa francesa por catálogo) que aún no me ha llegado. Así que ahora tendré tres abrigos negros que no abrigan lo suficiente. Suelo estrenar la ropa el mismo día en que me la compro. Siempre pienso en mi tía Amanda, la hermana pequeña de mi madre, que dice que hay que estrenar todo inmediatamente porque "hay muertes repentinas". Uno de los abrigos es largo, de botones cruzados y grandes solapas, muy entallado, por no decir que casi me está estrecho, pero no lo he estrenado porque sigo aferrada a mi plumífero del año pasado. No soy partidaria de cambiar las prendas una vez compradas. Si alguna vez lo he hecho, tampoco he llevado nunca esa segunda prenda. Lo habitual es que una parte de lo comprado quede en el fondo de un armario con la etiqueta puesta. Para mí, ése es el fondo de armario. Es el precio que hay que pagar por comprar barato. En fin, que ir de rebajas no es ningún chollo, pero te reafirma en tus gustos de siempre. El otro abrigo me queda perfecto, sólo que es de primavera.

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