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Cristina Grande

DAR LA TALLA

 

Nos ponían por orden de alturas en la fila del colegio. Según el ritmo de crecimiento podías cambiar de posición radicalmente, en poco tiempo. Ahora una Universidad de Estados Unidos dice que los altos son más felices. Conozco a poca gente alta, es decir, que pase del 1´77 en varones o del 1´65 en mujeres, así que mi observación me sirve de poco para crear una teoría propia. Alfredo Cabañuz no es alto. Es pintor y profesor de secundaria. Es mi primo hermano. Acaba de inaugurar una exposición titulada “Sentir el orden” en el Centro Cultural Matadero de Huesca. Son veintidós cuadros complejos, en los que se funden la geometría, el amor a la pintura, años de estudio y trabajo, y una profunda interiorización (como explicó Luis Lles a los medios). Saliendo de la rueda de prensa, dos ex alumnas de Sariñena le saludan con cariño y eso le hace tan feliz como sus óleos. También acaba de ser pregonero de las fiestas patronales de Lanaja. Su felicidad, sin embargo, no depende de estar o no estar viviendo un momento dulce. Depende, sobre todo, de su coherencia en la búsqueda constante, casi obsesiva, del orden de la vida. Mi amiga Mercedes Ventura es realmente alta. Me encanta verla calzada con afilados tacones, sorteando con ligereza toda clase de obstáculos, obstáculos que a mí, por ejemplo, me resultarían insalvables. Su sonrisa, a veces, me desconcierta. Yo soy bajita. Últimamente me río poco, pero no creo que eso tenga que ver con mi talla. La gente feliz que conozco, como Alfredo y Mercedes, es la que se dedica a su trabajo con pasión, y a sus seres queridos sin pasar factura alguna.

HERALDO DE ARAGÓN (23-9-2009)

1 comentario

Manuel Abacá -

Matadero de Huesca, Matadero de Madrid y exposiciones dentro. Parece que al final alguien está permitiendo que el arte tenga algo en común con la muerte.

Saludos.