Blogia
Cristina Grande

SEPTEMBER

Septiembre de nuevo. Empieza el año hídrico mientras mantenemos la inercia de abrir todas las ventanas y la casa se queda fría, sin darnos cuenta. Me levanto con los pies helados, a pesar de que había puesto una manteta de viaje sobre la cama. Hago un café semi-descafeinado y me caliento las manos con la taza del desayuno. Voy cerrando las ventanas. Esperando el autobús un par de chicas se protegen del viento en el entrante de una tintorería. Cuando las mujeres caminan con los brazos cruzados es que ha llegado el otoño, decía siempre mi abuelo como si recitara de memoria un verso. En la tienda de colchones de toda la vida están despegando del cristal los carteles de rebajas y la dependienta sigue igual de joven. Por internet me llega una preciosa canción de David Sylvian que dice “September is here again”. La escucho varias veces y se me olvida “ipsofactamente”, como en un poema de Emilio Gastón. Llega otra noche fría. A través de las rendijas de las ventanas, que cierran mal, se cuela el ulular del viento. Parece que el cierzo tiene un ritmo determinado, una cadencia especial para los insomnes. Es noche de luna llena (luna azul) y oigo con claridad la voz de José Antonio Labordeta cantando “Cuando las uvas dulces van por el aire, el otoño revienta de parte a parte”. Por alguna razón extraña no puedo oír ni recordar el resto de la canción, sólo algo sobre el corazón, que quizás también se rompe. El cierzo sopla toda la noche, infatigable, como una salmodia, de parte a parte.

HERALDO DE ARAGÓN (4-9-2012)

0 comentarios