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Cristina Grande

MI RÍO

El puente de Santiago es el único de Zaragoza bajo el que anidan las golondrinas. Eso nos lo contó el patrón del Ebrobús, Luis Calavia, un día antes de que el barquito encallara junto a la pasarela del voluntariado. Desde el centro del río ese puente misil me pareció una auténtica maravilla. El agua estaba turbia, como la de los grandes ríos de cierta edad. Quise ver la enorme cabeza de un siluro cerca de la superficie, y disfruté la travesía una barbaridad. Hace unos años, cuando Luis Calavia hacía los cursos de navegación, sus compañeros le preguntaban que para qué quería un zaragozano ser patrón de barco. ¿Para navegar por el Ebro?, le decían con ironía. Pero es que la vida es así, así de extraña y maravillosa, a veces. Yo siempre quise vivir con vistas al Ebro, pensaba que la corriente me había traído desde Haro, donde nací, y quizás, contra mi voluntad, me llevase río abajo a la hora de morir. “La vida es un largo río tranquilo” es el título de una película francesa de la que apenas recuerdo nada, quizás era una comedia, y yo he acabado apropiándome ese título (un poco alterado) como una de esas frases que vienen de repente a la cabeza. Poder navegar por el río de tu vida es una experiencia hermosa. Es como reencontrarse con viejos amigos. No tienes que dar explicaciones de tus andanzas, porque para ellos no importa lo que hagas o dejes de hacer, sino lo que eres. No quise hacer fotos, no sé por qué. Sé que habré salido de bislay en alguna de las fotos que disparó una joven turista que iba descalza. También sé que la vida no es un largo río tranquilo.

HERALDO DE ARAGÓN (7-9-2009)

1 comentario

ojal-a -

Llevaba tanto tiempo preguntándome como se escribiría "bislay"...