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Cristina Grande

ARCO IRIS

 

La tarde de fin de año vi un arco iris magnífico junto al río. Iba montada en el 34. Una mujer de edad indefinida me miraba con recelo porque le había tocado ir a contramarcha. En cuanto vi el arco iris por la ventanilla opuesta me levanté como un rayo y la mujer pensó que finalmente mi mala conciencia había actuado adecuadamente. Con mi teléfono móvil saqué varias fotografías a través del cristal. Había llovido un poco. Me bajé en la parada de Cesar Augusto. Una parte del arco iris se veía entre la torre de la Zuda, la torre de San Juan de los Panetes y la torre oeste del Pilar. El 2009 terminaba para mí igual que había empezado, pues casualmente el 1 de enero de 2009 también vi el arco iris sobre la bahía de Vigo y en aquel momento pensé que era un buen augurio, que sería un buen año. La realidad es que 2009 no ha sido bueno, ni para mí ni para la mayoría de los mortales. La crisis ha creado un ambiente de pesimismo general del que pocos logran escapar. Envidio a ese tipo de personas que siempre dicen que todo les va estupendamente, las envidio tanto si es cierto como si no lo es. Hay quien dice que un año es bueno si no hay muerte. Mientras hacía alguna foto más, recibí un mensaje de felicitación de un amigo que no lo está pasando bien desde la muerte de su querida esposa. Le contesté inmediatamente y adjunté una de las fotos del arco iris. Pensé entonces que 2009 había sido un año entre paréntesis. Han pasado los primeros días de este nuevo año. Ha nevado, ha helado, ha soplado con furia el cierzo y en un rincón de mi terraza un geranio rojo ha resistido como si tal cosa. Esa flor me dice que sí, que el 2010 podría ser un año de bienes.

1 comentario

antonio cardiel -

Cristina, fue un placer conocerte en la presentación de "Siglo XXI" en Barcelona.
Leo en el libro que naciste en Haro. Qué gracia, es una ciudad que tengo muy presente, la visité mucho de niño, una tía mía era de allí, de una familia apellidada Terrazas Cordón que tenía el café Suizo de la plaza mayor.
Un afectuoso saludo.
Antonio Cardiel