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Cristina Grande

PRESENTIR

 

    Tormenteaba en Huesca la tarde del jueves. Me cubrí la cabeza con un pañuelo de seda que había comprado unos días antes en una tienda exótica de Madrid. Habíamos dejado el paraguas olvidado en un armario y nos chipiamos por la calle del Parque camino del hotel. Busqué la mirada cómplice de unas mujeres musulmanas. Dice el Diccionario de la RAE que “presentir” (en su segunda acepción) es “adivinar algo antes que suceda, por algunos indicios o señales que lo preceden”. Por suerte, había puesto en mi maleta la plancha para el pelo que me regaló mi amiga Eva hace casi un año. Me gusta presentir ciertas cosas nimias. Cuando lo que presiento es algo más importante, me digo a mí misma que en realidad me estoy haciendo ilusiones. Había soñado despierta que la presentación de mi novela en la librería Anónima sería muy bonita, que Chema y Ana actuarían como estupendos anfitriones, que Carlos Castán (igual que en las presentaciones de mis anteriores libros) descubriría aspectos ocultos de mi obra, que Ismael Grasa vendría con su familia, y Pedro Vila con su mujer, que mi amor me sonreiría todo el rato para apaciguar esa eterna inquietud que nos atenaza a los de secano. A veces las cosas suceden incluso mejor de lo que habíamos soñado, con fascinantes detalles añadidos, y es entonces cuando la felicidad se convierte en un hermoso cristal transparente. Vino a saludarme un primo de María Salillas, que es una de las heroínas de estos “articulés”, y cuando le pregunté su nombre para dedicarle el libro, me dijo: “Pon sólo para Salillas”. Tomamos vino del Somontano y un espectacular queso francés. Tenía ganas de llorar, pero no lo hice.

Heraldo de Aragón, 20-4-08.

 

4 comentarios

manuel sáenz -

Enhorabuena. Leo la reseña a tu libro en El Pais y prometo comprarlo. Tambien pertenezco a esa generación del 60 que tantos estragos sufrió en Zaragoza. Escribo poesia y novela, tengo una novela en el Premio QLVW "Desnudos bajo la tormenta" y un blog http://tasioeldesertordelparaiso.blogspot.com/. Soy de Épila aunque vivo en Formentera hace años. Me gustaria contactar, seguro que tenemos lugares comunes. "El cierzo, los almendricos, el abrigaño" Soy muy amigo de Francisco Lopez Serrano, paisano y magnifico escritor aunque vive en Madrid promete venir en verano. Un abrazo, mañica. Aupa.

Antonio F. -

he sentido un sobresalto cuando he leido 'escritora nacida en Lanaja': hojeaba el periódico: nunca creí (no podía: ni siquiera lo recordaba) volver a oir ese nombre: sin embargo lo debo conservar por ahí, en una de esas cajas no abiertas después de sucesivas mudanzas: inscrito en un llavero que me regalara mi amigo fernando (nacido en lanaja): vivíamos en una pensión de chueca: cuando todavía chueca no era chueca: fernando tocaba el piano por las noches, en sitios a donde a veces íbamos a verle: por el día era músico militar: oboe: en aquella pensión éramos como hermanos: fernando murió, me dijeron un día, hace ya años: y hoy, hojeando el periódico, la imagen de una escritora que no conocía me trae su imagen, siempre viva, riendo, con el cigarro en la boca: buena gente: como ignacio (su amigo ciego: también de lanaja): de esto hace ya veinte años: yo era algo más joven que ellos: nací (también) en 1962: ayer mismo me contaron que cuando comunicaron a carlos moya (amigo y maestro) la muerte de su amigo eduardo úrculo, llamó inmediatamente por teléfono a casa de éste: nadie cogió el teléfono: saltó el contestador: la voz de úrculo: y carlos, sin pensarlo, se despidió de él, hablándole...: también yo hoy me despido, en cierto modo de fernando, recordándolo, escribiendo a cristina grande, de la que nunca había oido hablar hasta hoy: un abrazo.

Javier Delgado -

Estimada Cristina:
Quiero darte la enhorabuena por tu áultima novela y por la atención que ha suscitado en importantes medios de comunicación. Me alegro muchísimo de ver que tus cosas van alcanzando el lugar que merecen. Vivo ahora un poco "retirado" por razones de salud, pero te sigo con interés y admiración. Enhorabuena otra vez. Un cordial saludo,
Javier Delgado

Martín Revelo -

Algunos días me pasa: me despierto antes de amanecer y tengo presentimientos. Más concretamente, presentimientos de nada. Hoy el presentimiento se llamaba: escitores. Supongo que porque llevo dos días trabajando bien y viendo el final de la obra. Leo tu entrevista en el país y me doy cuenta de que te conozco, mejor dicho, te presiento. Luego me he encontrado una bota de montaña, una sóla, bajo el banco que hay frente al portal de mi casa. Presiento una explicación.
Me gustan tus entradas de blog porque me dan ganas de contestar.
El café estaba malísismo.
Rafael Chirbes me recuerda a Thomas Bernhard, al que no es conveniente leer en primavera.
¿De qué te conozco?