Blogia
Cristina Grande

AGENDAS

Te regalan una agenda para 2010. Lo primero que haces es comprobar que las fechas importantes no coinciden con esas guardias nocturnas que te tocan cada seis semanas. Luego ves si hay suerte con los puentes, para hacer algún viajecito: San Valero cae en viernes, y la Cincomarzada también. Hacer planes a más largo plazo te da un poco de aprensión, últimamente estás viendo mucha gente accidentada (tu tía y tu vecina se han fracturado el radio y el cúbito, respectivamente, en absurdas caídas domésticas). El médico de cabecera te recetó calcio para prevenir la osteoporosis, pero se te olvida tomarlo. En la agenda hay una página por mes que dice “fechas a recordar”. Apuntas los cumpleaños de parientes y amigos, y te das cuenta de que algunos ya no están, o bien han muerto o bien han dejado de ser amigos, y apuntas el de una prima del pueblo a la que nunca felicitas. Te entra nostalgia del futuro, melancolía otoñal, y vulgar tristeza o bajón de estrógenos, todo asociado a la falta de luz. No anotas “tomar el calcio”. Entras en el blog “Entre copas y pucheros”, de José Luis Solanilla, y te animas repentinamente. Te apetece probar uno de esos vinos de nombres exóticos - Yonna, Oxia-, nombres que estás a punto de escribir en tu agenda, igual que escribiste “Beaujoulais” encima del tercer jueves de noviembre cuando estrenaste la de 2009. Finalmente cierras la agenda-dietario y le envías un mensaje a una amiga que acaba de volver de Washington. Te responde de inmediato, y caes en la cuenta (ingrata de ti) de que olvidaste anotar su cumpleaños en la hoja correspondiente. Vuelves a abrir la agenda y te quedas mirando un rato los doce meses del calendario.

HERALDO DE ARAGÓN (27-10-09)

 

0 comentarios