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Cristina Grande

GOMETAS

Publicado en Heraldo de Aragón el 11-2-2008

 



    Mi tío Jesús tenía un cuaderno negro con una gometa verde alrededor. Mi tío ponía gomas a casi todo, a las carpetas, a las cajas de tornillos, a los bloques de facturas que se amontonaban en la mesa del despacho de mi madre, a los manojos de puerros, a los cromos repetidos de su nieto, a todo lo que fuese susceptible de disgregarse. Mi tío era un hombre de orden. En sus últimos años de vida, decidió no pisar la calle nunca más. Desde su sillón de orejas manejaba el mando a distancia de la tele y el teléfono inalámbrico como si fuesen prolongaciones de sí mismo, y gracias a ellos navegaba con un rumbo fijo. Ambos aparatos estaban muy usados, pero se resistía a cambiarlos por otros y para sujetar sus respectivas baterías les había puesto alrededor unas gometas con varias vueltas. Todos los días nos hacía una o dos llamadas fijas, y aunque no existía aún el identificador de número, sabíamos que era él, pues nunca se retrasaba más de un minuto. Su cuaderno negro era una especie de agenda sentimental (y quizás un protoblog). En él iba anotando las efemérides familiares: cumpleaños, bodas, defunciones, fiestas patronales, exámenes aprobados, grandes nevadas o pedriscos, hospitalizaciones y operaciones, viajes largos emprendidos por su hijo o por alguno de sus sobrinos. Incluso el Año Nuevo chino lo tenía registrado un 2 de febrero (con letra temblorosa y bastante reciente) junto a la Virgen de la Candelaria, que parecía por su parte una anotación muy vieja. No me atreví a decirle que el año chino cambia de fecha según las lunas, porque eso habría alterado el orden interno del cuaderno, que en realidad era un cuaderno de bitácora de todo un periplo familiar.

 

1 comentario

contontin -

Sibre aloma rodriguez castro ( o aloma simpe/ simple)
Esta repostería está escrita con esa insolvencia impersonal de maloma , que no hereda el talento de su padre anton cuyo nombre figura sin embargo como padre de al nena ...., para patrocinar así la carrera de su prole y conseguirle un lugar en la fábrica de sueños literarios